OPINIÓN // La encrucijada de la Política


La República vive tiempos intensos. A estos tiempos no escapan los partidos políticos ni la sociedad civil, en definitiva uno y otra son un matrimonio indisoluble. Debemos con apremio dejar la miopía y reflexionar de las desventuras del pasado, para poder avanzar con paso seguro hacia la construcción del futuro. No hacerlo significaría volver a sucumbir en los terrenos desconocidos de la Providencia, además de una tremenda irresponsabilidad frente al país.

Simón Alberto Consalvi escribió en su columna de El Nacional del domingo 3 de junio, lo siguiente: “Al día que no pasa nada lo suceden los días que todo lo cambian. De ahí la importancia del 1º de febrero de 1928. La historia puede ser un laberinto, una gran madeja en la cual todo el mundo se enreda. Puede ser todo, menos un mar muerto. Esta semana de mayo las calles de toda Venezuela se poblaron de estudiantes que nadie conocía, cuyos rostros nadie había visto, cuyos nombres nadie había oído. Como en 1928”.

Consalvi quizás casi inspirado por el oráculo de Delfos envía un recado al Dios Apolo: “Petrosocialistas todopoderosos que piensan gobernar más allá del año 2030, piénsenlo. Osado el que se atreva a prescribirles a los miles de estudiantes que dan tan singulares demostraciones de civismo y civilidad que se resignen a vivir bajo un régimen que les prescribirá no usar Internet porque es un instrumento pequeño burgués”.

Aquí radica el desafió, aquí esta el fundamento de la lucha, la defensa a toda costa de nuestras libertades y del derecho a vivir en un país donde todos decidamos nuestro destino. Esto no es otra cosa que la de exigir un gobierno integrador y no para una parcialidad del país. No podemos permitir leyes impuestas desde el poder y un gobierno que solo reconozca una ideología en particular. Debemos rescatar el respeto y promoción de la pluralidad política, la tolerancia, la convivencia y participación real en la toma de decisiones.

Los estudiantes avizoraron un peligro amenazador y reaccionaron espontáneamente ante los acechos del autoritaritarismo. Estos miles de estudiantes no deben alejarse de los motivos que los inspiraron por nada del mundo. Todo el país debe entender que esta lucha trascendió a un sector en particular, esta lucha es de todos y por todos.

José Manuel Hernández
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